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Autismo Infantil: Síntomas y Señales

¿Qué es el autismo? ¿Cuáles son los síntomas más comunes? ¿Se puede prevenir su aparición? ¿Existen señales de alarma para su evaluación temprana?


El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por la concentración intensa del niño en su mundo interior, alteraciones en relación a la comunicación y la interacción social, así como la gradual pérdida de contacto con la realidad exterior.


La tasa de prevalencia indica que los casos van en aumento, afectando mayormente al sexo masculino. Actualmente no es posible determinar una causa única, pero el factor genético está fuertemente involucrado, aunque se desconoce si es de origen hereditario o accidental por lesiones genéticas.



¿Cuáles pueden ser los síntomas más relevantes?


- Movimientos corporales estereotipados.

- Intereses o actividades restringidos.

- Anomalías en la emisión o contenido del lenguaje.

- Déficit en la reciprocidad emocional.

- Interacción social deficiente o nula.

- Comunicación no verbal anormal.

- Insistencia irracional en seguir rutinas.



Existen algunas señales de alerta, que en ausencia de ciertas conductas específicas impulsan a la valoración psicológica temprana. Cabe mencionar que la presencia de señales en forma aislada, no tiene valor diagnóstico.


¿Cuáles son estas señales de alarma?


- Si al cumplir el primer año de vida, todavía no balbucea, no señala objetos de interés, no reconoce su nombre ni responde a sus llamados, no se implica en juegos interactivos sencillos y no hace gestos para saludar.

- Si al año y medio, no dice palabras sencillas, el contacto ocular es mínimo o nulo, hay ausencia de imitación espontánea, no mira donde otros señalan, manifiesta reacciones inusuales a estímulos auditivos y continúa sin reconocer su nombre.

- Si al cumplir los dos años, no dice frases de dos o más palabras, presenta dificultades en el contacto visual aún cuando se le habla, no sigue objetos con la mirada y no disfruta de la relación con otras personas, buscando el aislamiento continuamente.



Al desconocer las causas con certeza, es imposible prevenir su aparición. Sin embargo, un diagnóstico a tiempo y un entorno familiar comprometido con el apoyo de profesionales de la salud, puede contribuir de forma significativa y muy positiva a su bienestar.


El diagnóstico evalúa aspectos como la conducta y el desarrollo del niño. Se puede detectar a los 18 meses o incluso antes, pero los especialistas consideran el diagnóstico mayormente fiable al cumplir los dos años de edad. Sin embargo, muchos niños no reciben un diagnóstico a tiempo y existen algunos casos en los que se detecta hasta la edad adulta.


Para este trastorno no existe cura, pero si un buen tratamiento terapéutico. Las intervenciones conductuales ayudan a minimizar los síntomas y aportan una notable mejoría en la calidad de vida del paciente. La intervención más efectiva es la psicoeducativa, en apoyo al desarrollo de habilidades sociales y conductas adaptativas, para la prevención temprana de otros posibles trastornos. Para mayor información, enviar consulta vía inbox.


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