¿Qué es la hipersexualidad? ¿Cuáles son sus vertientes más reconocidas y sus posibles causas? ¿Qué características definen este trastorno? ¿Existen factores de riesgo para desarrollarlo?
La hipersexualidad es un trastorno psicológico cuya principal característica es un deseo sexual violento e insaciable, fuera de límites, en combinación de preocupaciones sexuales que tienden a dominar el pensamiento consciente. Su exagerada influencia interfiere y obstaculiza otros aspectos de la vida diaria.
El funcionamiento sexual, la capacidad y el instinto, están determinados de forma biológica tanto en el hombre como en la mujer. Estos aspectos pueden ser modificados por varios factores, como la manifestación de problemas psicológicos, padecimientos orgánicos o como resultado del consumo de drogas. Se ha comprobado que algunas lesiones en la zona límbica del cerebro, la aparición de tumores en áreas específicas o un desequilibrio hormonal, pueden ser también posibles causas de esta problemática.
Las dos vertientes más conocidas de la hipersexualidad, son la ninfomanía (mujeres) y satiriasis (hombres). Esta adicción al sexo, es generalmente ocasionada por padecimientos emocionales o traumas infantiles inconscientes, que no fueron resueltos correctamente en su momento. Las mujeres que padecen este trastorno buscan afecto a través del sexo, pero al no encontrarlo, el vacío se vuelve mayor y la adicción imparable. En el caso de los hombres, es el miedo a perder el vigor sexual, el alto nivel de egocentrismo y el deseo de mantener la libido activa a cualquier edad. Definitivamente no es lo mismo pensar en sexo casualmente, que sufrir de un trastorno de hipersexualidad desenfrenada que limite todas las áreas de la vida.
¿Qué características acompañan comúnmente a este trastorno?
- Sentimientos de malestar, vergüenza y culpa.
- Insatisfacción emocional y sexual.
- Síntomas psicológicos y psiquiátricos adicionales.
- Necesidad incontrolable de sexo, con experiencias sexuales de todo tipo.
- Incapacidad de formar lazos sentimentales.
- Ruptura y abandono de parejas, predominantemente sexuales.
- Problemas laborales, familiares, económicos y sociales.
- Acudir frecuentemente a prostíbulos,
- Desarrollar adicción a la pornografía o sexo ocasional.
- Trastornos de sueño o hambre constante.
- Olvidar responsabilidades por cumplir satisfacciones sexuales.
- Abandono de responsabilidades, por tener sexo casual con desconocidos.
- Caprichos sexuales absurdos, con fantasías exageradas.
- Amplia lista de actividades y parejas sexuales, sin compromiso.
- Un estilo de vida obsesivo, que gira en torno al sexo de forma general.
¿Quiénes son más propensos a desarrollar estos síntomas?
1. Personas sumisas a regímenes muy estrictos o severas represiones familiares.
2. Hombres/mujeres víctimas de abuso o violación sexual.
3. Personas que sufren de un desorden bipolar, dependiendo de su estado de ánimo.
4. Personas con fuertes problemas psico-emocionales o padecimientos orgánicos.
5. Adictos a drogas como las anfetaminas, opiáceos y andrógenos.
Este tipo de padecimiento se considera de gravedad a causa de las posibles consecuencias negativas en la salud, contagio de enfermedades de transmisión sexual, riesgos en la seguridad personal, perturbación emocional o embarazos no deseados. Se recomienda acudir a psicoterapia, en conjunto de un tratamiento médico-farmacológico. Para mayor información, enviar consulta vía inbox.
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