¿Cómo reconocer a un abusador emocional? ¿Cuáles son las características más comunes? ¿Por qué desarrollan estos patrones de conducta?
Un abusador emocional es aquella persona capaz de manipular negativamente las emociones de los demás para tomar ventaja o lograr beneficios egoístas, a pesar de lastimar o dañar a otras personas. En otras palabras, es el maltrato psicológico que una persona ejerce sobre otra, al humillar, ofender o controlar, bajo circunstancias de dependencia afectiva.
Generalmente, en el historial de experiencias de un abusador, existen casos de violencia que marcaron su personalidad. Estos abusos provocan mecanismos de defensa y patrones de conducta aprendidos, que les permiten descargar la frustración inicialmente, pero continúan con el tiempo por las ganancias que producen. La sensación de poder sobre otros, disminuye su propia inseguridad y crea una falsa idea de control que también minimiza sus miedos. El abuso de este poder, nace en la agresividad reprimida por las experiencias dolorosas de su pasado.
¿Cuáles son las características de un abusador emocional?
- Suelen ser intolerantes, resentidos, ofensivos, desconfiados y agresivos con los demás.
- Pueden ser encantadores al principio, pero conforme avanza la relación comienzan los abusos.
- Son personas autoritarias y controladoras, en busca de su propia y única verdad.
- Presentan pensamiento dicotómico, es decir, no conocen los puntos medios. Suelen crecer en familias con dinámicas extremistas. "Todo está bien o todo está mal".
- Se comportan en base a sus intereses y ganancias. Disfrutan de incomodar, culpar, ofender o tratar de asustar a sus víctimas, por medio de reclamos constantes o chantajes.
- Buscan silenciar a sus víctimas, alterando su percepción de la realidad y sus emociones.
- Son personas psicológicamente rígidas. No hacen auto-reflexión consciente para mejorar algunos aspectos personales y creen que sus fracasos son siempre una culpa ajena.
- Tienden a criticar duramente a los demás. Buscan los defectos y debilidades del otro para usarlos en su contra, amenzar y manipular para obtener algunas ventajas.
- Cambian su humor en segundos, sin una razón real aparente. Se ofenden con facilidad y suelen pasar de la tranquilidad a la ira con mucha frecuencia.
- Desconectan a sus víctimas de todas las posibles redes de apoyo. Amenazan con el abandono, si no logran el total control y la sumisión de los demás.
- Son crueles e insensibles, no conocen la empatía. Sus conductas son generalizadas a todas sus dinámicas interpersonales, ya que generalmente provocan o permiten las relaciones tóxicas.
- No se arrepienten, no cumplen promesas y no cuidan la integridad de los demás. Cometen los mismos errores una y otra vez, pero cuando piden perdón, no lo hacen de forma real.
- Suelen ser personas que esconden su inseguridad con arrogancia, siempre están a la defensiva y son impulsivas. No desarrollan habilidades de asertividad o autocontrol emocional.
- Son expertos mentirosos, que rara vez dicen la verdad, porque siempre están pendientes de la oportunidad de herir a los demás con comentarios supuestamente imprudentes, pero en realidad son premeditados y mal intencionados.
- Adoptan el rol de víctima para justificar sus maltratos. Creen que sus carencias afectivas o experiencias personales negativas, son razón necesaria para desquitar con otras personas.
Para terminar con el ciclo dañino de una relación tóxica, es necesario reconocer que se está inmerso en un círculo vicioso con una persona abusiva, defender con firmeza la idea de terminar la relación y establecer límites personales. Aprender a mantener distancia con futuros abusadores emocionales y desarrollar habilidades socioafectivas son los pilares fundamentales para mejorar la autoestima, las relaciones interpersonales y la propia calidad de vida. En caso de ser necesario, buscar apoyo profesional. Para mayor información, enviar consulta vía inbox.
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